Mudar la piel: la transformación y el tiempo, el trauma y la recuperación.
Obra artística de Karla Solano 2010
por Efraín Hernández Villalobos


A lo largo del Siglo XX, en distintos momentos y con diferentes ritmos, surgieron propuestas artísticas en el ámbito de las artes visuales que terminaron por concretarse en tendencias en las cuales la fotografía, la imagen en movimiento y el uso del cuerpo como material y medio expresivo consiguieron aceptación como formas legítimas de expresión artística.
El inicio de estas corrientes en los comienzos de siglo, se remonta al futurismo y tiene una primera culminación en la pintura de Jackson Pollock cuya obra llega a concebirse como manifestación de lo individual subjetivo, esto acompañado de un énfasis en la importancia de la acción del proceso creativo por sobre el resultado final concretado en un objeto físico. Harold Rosemberg, famoso crítico de arte de nacionalidad norteamericana, contribuyó en gran medida en la construcción de estas nociones y a la difusión de las mismas en el mundo del arte.

Posteriormente, estos conceptos se asociaron con otros y produjeron un arte basado en el individuo, su subjetividad y su percepción del mundo con base en las experiencias cotidianas. La fotografía y el video se convirtieron en medios de expresión privilegiados por estas formas de comunicación artística. El arte de Karla Solano puede incluirse dentro del grupo de artistas que ha abrazado estos procesos y maneras de hacer arte. En su caso concreto podríamos decir que utiliza recursos y estrategias semejantes a los que distinguen el trabajo de la norteamericana Cindy Sherman al centrarse en discusiones que involucran el concepto de identidad, los arquetipos de lo femenino y al elegir ser ella misma la protagonista de las imágenes que elabora. Solano utiliza su cuerpo a manera de herramienta de expresión en una forma que se puede asociar también a las propuestas artísticas de la libanesa Mona Hatoum, particularmente al trabajo vinculado con la visión del cuerpo interior, su penetración y su fragmentación.
Solano tuvo la oportunidad de conocer personalmente a John Coplans y descubrir la afinidad que existe entre su obra y la del señor Coplans tanto en el nivel de la imagen como en la propuesta crítica vinculada a las percepciones del cuerpo y la belleza que se asumen en la cultura visual de los últimos dos siglos.

La concepción de lo artístico se transformó radicalmente en la segunda mitad del siglo XX, por efecto de elaboraciones teóricas de carácter crítico que examinaron las condiciones de la cultura moderna. La cultura posmoderna incorporó en su bagaje múltiples ideas surgidas en los campos de la filosofía, la lingüística, los estudios de género, la psicología y la antropología. La amalgama de conceptos y su difusión más allá de las fronteras de sus ámbitos de origen, generaron percepciones distintas de las nociones de identidad y cuerpo que transformaron las manifestaciones artísticas con un ritmo acelerado en las décadas de los sesentas y setentas.
Para comprender la obra de algunos artistas de la segunda mitad del siglo XX es indispensable partir de la noción de que el cuerpo es mucho más que aquello que se observa externamente; el cuerpo es más bien el espacio físico y el lugar emocional y afectivo en el que experimentamos la vida. El cuerpo es el espacio en el que concretamos aspiraciones dolores, deseos y pensamientos. El cuerpo es más que un organismo, es también símbolo social y personal de identidad, así como vehículo metafórico pleno de significados. Existe entonces un fuerte ligamen entre el cuerpo físico y el cuerpo social.

A la altura del nuevo siglo, y producto de un continuo proceso de hibridación, las tendencias, corrientes e ideas relacionadas con los procesos artísticos devienen en combinaciones particulares asimiladas por los artistas en los distintos ámbitos culturales, acciones determinadas por las necesidades expresivas y las posibilidades y convicciones de cada artista.

El llamado "Body art" intenta fundir arte y vida echando mano a situaciones autobiográficas por medio de procesos en los que el artista se basa en "material psíquico" y condiciones mentales y de conflicto para conseguir una liberación catárquica de esquemas culturales. Lo personal-confesional se convierte entonces en materia para lo artístico por medio del recurso del "cuerpo autobiográfico" y por efecto de una acción en la que la obra es inseparable del proceso mismo de su realización. Este tipo de contenidos se había manifestado con fuerza en la literatura en la forma de diarios, memorias y autobiografías que daban fuerza a la noción del punto de vista personal y a la idea de la verdad subjetiva como tema artístico. Estas prácticas consiguen legitimar con el tiempo la idea de lo personal subjetivo como proceso de emancipación centrado en la toma de conciencia como fuente de auto-conocimiento. El artista contemporáneo que incursiona en el video y la foto "autobiográficos", desafía las nociones tradicionales que vinculan estas imágenes "mecánicas" con la imagen realista-objetiva; al ponerse detrás de la cámara y "decir su verdad" y convertir la imagen fotográfica y la imagen en movimiento en un medio que precisamente explora la experiencia subjetiva.

Karla Solano ha trabajado por muchos años con la fotografía, el video arte y el cuerpo construyendo una obra muy personalizada y con una sólida consistencia sólida de medios expresivos e ideas. Su producción reciente proyecta maneras subjetivas de continuar con recursos, procesos técnicos y propuestas de discurso que le han caracterizado.

La exposición titulada Mudar la piel constituye un ejemplo de este cambio en la permanencia.
En este conjunto de piezas Solano mezcla de manera inteligente, fotografía, montaje, instalación, video, "body art" y "performance" para integrar una gran obra total de fuerte impacto.

Quienes asisten al museo se encuentran que para ingresar deben atravesar la pieza Mimetismo, una foto instalación impresa en las puertas de acceso a la salas que opera como metáfora del umbral por el que atisbaremos y penetraremos en una propuesta sobre el dolor y la recuperación. Al pasar por estas piernas nos adentramos en un cuerpo para escrutarle e ingresar a la palpitante vida que acontece más allá de la piel, en los meandros de la experiencia vital.

La muestra inicia con la obra (Espejo interior, 96-2010), importante hito de la fotografía costarricense, originalmente expuesta en la exposición del MADC titulada Mesótica (1996) pero esta vez remozada con la incorporación de dos piezas más que aumentan sus dimensiones y expanden sus sentidos. Solano incorpora una nueva imagen de su cuerpo en la que se manifiesta el paso de los años y sus efectos en el cuerpo. Al hacerlo, manifiesta su afinidad con la propuesta del fotógrafo editor y curador inglés John Coplans y plantea su rechazo crítico a las necesidades creadas culturalmente con relación a un cuerpo idealizado en el que se oculta el paso de los años para afirmar una idea de lo permanentemente bello. Este montaje de fotografías cuestiona la necesidad creada de conformar el cuerpo a los valores de un ideario que afirma la belleza física con una visión narcisista y hedonista del cuerpo exterior que niega la inminente degeneración de la dimensión física corpórea con el paso del tiempo. Solano contradice con su actitud el deseo irracional de pertenecer a los grupos sociales y humanos culturalmente deseados, definidos por la juventud y la belleza estereotipada para impedir el inevitable acercamiento a la vejez y a la muerte, propio de todo organismo vivo. Al construir este discurso de disidencia Solano revela las demandas de conformar el cuerpo personal a los mandatos del cuerpo social-cultural en la cultura contemporánea hecho que develan los estudios de género entre otros. Frente al cuerpo idealizado y reconstruido Karla Solano propone el cuerpo vulnerable y en transformación, la fragilidad de la condición humana. Con esta pieza Solano refuerza conceptos vinculados con su exposición Vanitas (1995) en la que discutía la fragilidad de lo humano y las relaciones vida/muerte. Por medio de sus obras Solano y Coplans niegan el cuerpo fetiche de la propaganda comercial.
A través de, obra compuesta por relojes en movimiento en cuyas carátulas descubrimos la imagen de la artista refuerza la noción de lo transitorio de la vida y el transcurso del tiempo que finalmente lo destruye todo con su paso inexorable. El temido advenimiento del deterioro corporal es en la obra un proceso activo que es parte de la vida misma como fenómeno orgánico cuya esencia es el cambio y la transformación. El diálogo que se establece entre Espejo interior y A través de solidifica el discurso intencionado sobre la brevedad y fragilidad de la existencia.

Los artistas del "body art" trabajaron en torno a la noción del dolor, el padecimiento, la duda y la violencia. Karla Solano utiliza esta tendencia y plantea su sufrimiento personal en el video Pura vida en el que, de cara a la cámara, la artista deja fluir su sufrimiento hasta que en un momento dado "recupera la compostura" para ajustarse al mandato social e intenta una sonrisa. El recurso de la camiseta negra con la leyenda Pura vida, permite un abordaje de lectura en el que lo individual se vuelve social y cultural al conectarse con los matices del entorno de manera crítica. Este recurso concede un balance a los aspectos esencialmente personales para intentar la posibilidad de generalizar esta experiencia al conectarla con el tejido social y cultural por medio de la referencia al texto de la prenda; texto que manifiesta una expresión y una actitud muy popular en Costa Rica. Por medio de esta "formula social" se le dice a los otros que todo está siempre bien; festivo, alegre y sin preocupaciones, olvidando las verdaderas dimensiones de la existencia que no son siempre gozosas. Con esta expresión la gente disfraza sus penalidades y espera a la vez no enterarse de las de nadie más, asumiendo una "felicidad" artificiosa como signo de la existencia. Todo lo que no manifieste este "estado eufórico" se rechaza como "mala nota". Esta idea de presentarse "siempre alegre" niega social y culturalmente los problemas y sufrimientos del individuo al convertirse en un mandato de las normas reconocidas socialmente.
En Pura vida los sonidos que acompañan van orquestando una angustia sobrecogedora que encuentra consuelo en la instalación adjunta titulada Refugio en cuya imagen se vislumbra la posibilidad del sueño reparador, la redención del dolor, la vuelta al inicio, la superación del trauma. El reflejo de esta foto gigantesca en una fuente de agua remite a condiciones asociadas con la vida, el tiempo de la estancia en el vientre materno y el líquido origen y fuente de toda vida. Este particular detalle destaca el trabajo de Solano entre todos aquellos que no superan el estadio de sufrimiento y permanecen en él sin encontrar consuelo ni el potencial de un renacer. Con esta posibilidad abierta Karla Solano plantea que la recuperación es posible y que forma parte de la capacidad de resiliencia, de la constante construcción de la vida y la esperanza.
En Mudar la piel encontramos obras que exploran las definiciones sociales de la convivencia y la pareja con los discursos sobre lo complementario de los sexos; Media naranja, pieza interactiva discute esta "verdad a medias" reforzando ideas sobre la identidad al atacar convenciones sociales que niegan la posibilidad de la plenitud sin una pareja o que respaldan la dominación de un sexo por el otro bajo la noción de virtudes asociadas preferiblemente con el sexo.

En Jardín corporal (2007) Karla conjuga una especie de gran pintura compuesta de decenas de partes del cuerpo, este recurso de la fragmentación, usado en otras ocasiones por la autora, recompone las ideas de interior/exterior al mostrar el cuerpo cerrado y abierto, fragmentado y replanteado de manera que una de sus partes nos sugiera otras. Este paisaje de texturas y territorios une los extremos macro y micro para darnos la idea del cuerpo como especie de galaxia o universo de interdependencias de certezas e incertidumbres que Solano escruta con su lente. Jardín corporal es una celebración conjugada con una meditación.
El video En carne propia ofrece multiplicidad de lecturas de distinto orden. Por una parte la perturbadora presencia de lo animal remite a la obra del pintor inglés Francis Bacon quien exploró en su pintura el regreso a la animalidad, el límite y los lazos de lo humano con lo animal. A la vez significa el reencuentro con lo irracional, la reconciliación con el desconocido interior para luego cambiar de piel y reanudar el camino con la conciencia del encuentro fatal. El acontecimiento se refiere también a expresiones del idioma que indican de forma metafórica el sentirse en la piel o condición de un animal después de un suceso o acontecimiento traumático. Una vez más se acentúa en esta obra la cicatrización de la herida, el cambio de piel.
La instalación Umbral recuerda por sus características la propuesta del mismo nombre que Solano llevó a Shangai en el 2006 invitada por los curadores del evento. En ambas piezas el espectador se adentra en un espacio interior hasta quedar rodeado por un recinto corporal que es uno y muchos a la vez. La sensación de llegar a las cavidades internas, a los ritmos y pulsaciones de lo vivo, nos pone en contacto con la idea del cuerpo como universo inconmensurable y como experiencia inquietante que a la vez se torna experiencia de amparo. Umbral refuerza la idea siempre presente en la muestra, de la penetración en la intimidad de un cuerpo, de una vida, de una existencia.
Mudar la piel revela la continuidad y las transformaciones en la obra artística de Karla Solano, este conjunto de trabajos se unifica para funcionar como una gigantesca imagen en la que cada detalle se funde en una unidad de sentido que da coherencia a la totalidad de la propuesta.
En las imágenes de esta propuesta encontramos la revisión crítica de los significados sociales atribuidos al cuerpo por una sociedad hedonista que niega los procesos biológicos y se niega a mirar a la vejez y la muerte.
Mudar la piel es un viaje a través de la desesperanza que termina en la feliz posibilidad de la recuperación, en la certeza de la regeneración de la conciencia y la persona humana a pesar de los avatares de la vida.

Efraín Hernández Villalobos
Universidad Nacional
Noviembre 2010


ARTMEDIA julio 2007
por Sebastián López


Karla Solano: fotografía, espacios y arquitectura

La obra de Karla Solano se ha desarrollado alrededor de preguntas que marcan diferentes momentos de las constelaciones por la que atraviesa el cuerpo de una mujer. Pero no solo esto. Como veremos mas adelante, con el desarrollo sostenido de su obra Solano ha ido poniendo sobre el tapete el status de la fotografía hoy e introduciendo sutilmente las condiciones de las artes visuales en el momento que las producía y en los espacios en los que circulan.

Sus primeras fotos estaban hechas de esas poderosas imágenes a partir de radiografías y fotos, en las que mezclaba su propio cuerpo con los de su hija y las su madre, por ejemplo, todas amalgamadas en una, “Bajo mi Piel” (de la serie “Vanitas”, 1995-96) la que esqueleto, piel y gesto se unían para dar una de las imagenes en la que no sólo convergen tres generaciones y cuerpos, sino también de interrogar el cuerpo de la mujer desde la extensión genética y la consciencia de ser, y su devenir.
En un segundo momento, Solano se lanzó al análisis de su propio cuerpo, puesto al escrutinio público como es en “Espejo Interior” (1996, Mesótica) en donde en tres separadas impresiones sobre vidrio, su cuerpo desnudo, esqueleto y esquema del sistema circulatório, colgaban libres en la sala de exposición. La obra creó un rumor pesado en los medios artísticos centroamericanos, pues se hacía hincapié en el hecho de una artista mostrándose en su total gloria corporal, en un una sociedad y en un medio social y artístico en el que nada de este tipo había ocurrido aún. Lo que entonces quedo sin discutir, o simplemente dejado de lado, es la manera explicita que Solano usaba tres imágenes para ser interconectadas a través de la mirada del público, que podía seleccionar una o los sistemas de representación que había puesto en contraste: el de la fotografía y el de la gráfica, siendo esta ultima la de su vertiente pedagógica.

Estas, y otras obras, mostraban que su escrutinio del cuerpo no es el de un cuerpo a solas, o un cuerpo solo, y dependiente de la representación que la fotografía podía proveer, como la recepción de su obra enfatizó regularmente. Su persistencia en un análisis consistente y señero, que hizo aparecer como si su obra fuera una variante del desnudo o del retrato, o un simple escrutinio narcisita, nunca tuvo nada de eso. Siempre trascendió una mirada introspectiva y la martilló mezclando imágenes y códigos que volvían y volvían, intercalándolos con otros sistemas, como si nada pudiera pararlas de volver, y recurrir de nuevo al ojo, a la boca, a los pelos, y la simple extensión de la piel en la que cualquier referencia de área corporal se perdía.

Esto aparece, en contraste, en dos series. En Geografías (2000) Solano se concentró en pequeños fragmentos del cuerpo para revelar sus escondidas cualidades escultóricas, creando una revelante relación entre cuerpo y paisaje. Y en Piel (2003) tomo las extensiones en la que lo plano devolvía el cuerpo en una superficie ‘overall’, que es la quintaesencia de la pintura heráldica del periodo moderno, y devolviendo –picto/fotográficamente- un cuerpo en continuo tránsito de representación. Contrastando los medios tradicionales de escultura y pintura a través de la lectura fotográfica, Solano daba cuenta que su empresa estaba guiada por una búsqueda que iba mas allá de los medios que usa regularmente, y que su investigación, si bien partía de su propio cuerpo y un medio, estaba hecha para abarcar los cuerpos y las pieles con los que el arte de hoy esta hecho.

Sus obras estaban estructuradas a partir de una selección de un vocabulario elaborando con los signos por los que el cuerpo atravesó en su representación. Y estas estructuras pedían una mirada en la que la recurrencia era necesaria. Mirar de nuevo los cuerpos, proponía Solano, como lo hacemos tantas veces frente a una revista o un anuncio en la calle, o del libro escolar para que, en la cueva cerrada de una galería de arte, pensemos. Y estos, antes de estamparlos sobre otros cuerpos, lo analizó y repitió, honestamente, en el suyo propio. Ella nunca tomo su cuerpo para hacer una imagen una vez sola. Parece como si quisiera llevarlas al infinito en la práctica misma, y mostrarlas en sus innumerables variantes. Con derecho y con revés.
Su piel es el centro de un escrutinio constante. De las impuestas segundas pieles del maquillaje, a la refleccion familiar de las generaciones, a las microscópicas miradas – mas de ciencia que de mirada cotidiana-, y unos residuos, unos sanguinolentas y otros lechosos, de fluidos. Y en el mapa de su cuerpo, introdujo hasta las ilusiones pictóricas de su generación en el lenguaje fotográfico, creando un núcleo de refleccion que ayudaba a repensar no solo un medio indexal como la fotografía, sino también como la pintura circulaba en el fin de siglo. Su serie de Fluidos corporales (2005) son relevantes en este sentido.

Arquitecturas en la piel en lo urbano/ Arquitectura, la piel y lo urbano

La primera investigación de ocupación del espacio arquitectónico desde la fotografía la realizo |Solano en un espacio museístico, casi como una declaración de principios, en su instalación para la Bienal de Shangai (2004). Tomando el espacio expositivo, en el que hasta ahora sus obras habían sido mostradas como simples objetos, Solano cubrió las paredes, el piso y el techo con macro-fotografías de su cuerpo en Umbral (2004). La naturaleza envolvente de este enviroment, ya no ‘fotográfico’ sino arquitectural y performativo -el público mismo hacia parte de la obra al atravesar su cuerpo desplegado a la mirada y los pasos que ellos hacian para recorrerla, pero fatalmente envueltos en ella –empujando la obra fuera de los cánones en los que la fotografía como tal fue experimentada y discutida-, inauguraban una original forma que liberaban la fotografía de su configuración como objeto.

Liberándola de su obejtualidad, Solano jugaba con la fotografía en ‘tiempo real’, la fotografía no para ser vista sino para ser transcurrida, poniendo al espectador como figura fundamental en la obra, hacia que funcione como definitorio de su estructura, construyendo, en definitiva, un contexto relacional, en la que lo mas significativo de las artes visuales de hoy trabajan. La lectura que la sostenía, siempre fragmentada de esta obra hecha de segmentos, estaba dada hacia fuera.

No puede ser una casualidad la actitud de Solano de tirarlo todo por la borda y lanzarse a la calle. Solano comenzó a desplegar sus imágenes en el contexto urbano, haciendo uso de la arquitectura como soporte. Su primera intervención tuvo lugar en la Bienal de La Habana, “En Carne Propia “(2006), y cubría uno de los muros externos del Centro Wilfredo Lam, justo al frente de la (Bodeguita del Medio). Imagen singular, aparición desafiante pero al mismo tiempo factual, que emergía del cuerpo arquitectónico haciéndolo propio. Para esta obra Solana hizo uso de una imagen que había ya desarrollado en su serie Envelopes (2006), en la que su cuerpo dado a la cámara fotográfica en una secuencia en la que se replegaba sobre si misma, se cubría y retorcía desnuda hasta que las partes del cuerpo parecía no corresponder con otras, y en ese movimiento, algunas imágenes de transición son la pura imagen de las modelos de fotografía moviéndose continuamente para que la mejor de ellas sea luego elegida por el editor de imágenes. De ellas Solano eligió las suyas.
Otra imagen de la misma serie la uso de manera elocuente en la obra “En mis Laureles”, que realizo en la fachada de Teor/ética en San José, Costa Rica, cubriendo totalmente la pared exterior de este Centro. La pared que uso para realizarla es el lado del edificio de paso rápido, mas de automóviles que de paseantes, y como para jugar con la extensión dinámica de la mirada que pasa Solano extendió horizontalmente un desnudo en una superficie de 4x11 metros.

El contexto que provee la arquitectura a la fotografía es azaroso, por ser urbano. Poniendo sus obras a disposición de la mirada libre del paseante no informado, Solano deja sus imágenes suelta y sin control. Es como si quisiera que encuentre otros azares y otros desafíos. En el nuevo destino que les dio, esas imágenes de cuerpos ocupan un espacio que se camufla en lo arquitectónico, transforma lo arquitectónico y lo hace suyo. El espacio en la fotografía que siempre fue analizado de los bordes de la imagen hacia adentro, se centrifuga pues ni siquiera los límites de la arquitectura pueden contenerlos. Ellos ya circulan en el ruido visual de nuestras ciudades y en estas obras recientes Solano ha demostrado que la mecánica de su particular negociación de la representación del cuerpo, y las estrategias que sigue, nos pueden mostrar aún nuevos desafíos. El faro de Solano los ilumina en el espacio justo y en el tiempo, que es el nuestro, en el que transcurren.

Sebastián López es historiador del arte. Actualmente es el Director Artístico de Daros Latinamerica en Río de Janeiro. Fue el Director de la Gate Foundation (Ámsterdam) y curador de la Bienal de Shangai 2004. Fue Profesor de Teoría e Historia del Arte en las Universidades de Ámsterdam y Leiden, habiendo creado en esta última la primera Cátedra de Arte Moderno de América Latina en Los Países Bajos.


Bienal Vento Sul
por Virginia Pérez Ratón

La obra de Karla Solano es una continua reflexión en torno a la corporalidad, la suya propia y ha desarrollado una suerte de retratismo a partir de la representación de sí misma, que devela y muestra las sucesivas capas de la naturaleza humana, en un primer momento a partir de un desnudo que se adentra materialmente hacia los sistemas fisiológicos que sostienen el cuerpo.
Sin embargo es la narración de su cuerpo, de su materialidad cambiante y de la sutil alusión a las huellas del tiempo y del recuerdo, lo que se ha mantenido como el nudo temático en su trabajo. Su punto de partida no es, sin embargo, desde el lugar del dolor del cuerpo femenino, como ha sido la experiencia en la obra de muchas mujeres artistas, a partir de lo testimonial.
Tampoco su cuerpo funciona como argumento para un planteamiento políticamente correcto dentro del feminismo, sino que relata de alguna forma la experiencia plena de su propia corporalidad femenina, en la que la piel y sus dobleces, las irregularidades de cara y extremidades, el vello, cada parte de ella misma actúa a la vez como superficie, soporte, y tema. Virtualmente "exponiéndose" a sí misma en una sociedad que rechaza la desnudez como natural, Karla Solano se ha concentrado en el examen detallado de su cuerpo como sujeto de análisis y como reflejo del paso del tiempo. La imagen fotografiada de su cuerpo, entero o fragmentado, inalterado o sujeto a la manipulación formal, trasciende la mera representación para convertirse en un tema central en el cual desaparece su propia identidad. Para la artista, su desnudez resulta liberadora y necesaria. Ya desde 1996, "Espejo Interior", se componía de tres metacrilatos colocados en secuencia, en el centro colocando una impresión de su desnudo de cuerpo entero, entre una plancha del sistema circulatorio y otra de los músculos del cuerpo humano.
El trabajo de Karla Solano es de los primeros en Centroamérica en ubicarse más en preocupaciones de orden temático, y no en la investigación propiamente de la fotografía como medio aislado, que a inicios de lo 90's aun se mantenía de cierta forma en el preciosismo técnico. Más bien, centra su interés en la carga significativa que adquiere la imagen al ser impresa, montada o intervenida de formas diversas y en soportes no tradicionales, y más que todo, en los años recientes, sobre – dimensionándola. En un principio la artista buscaba abstraer el detalle para borrar aquello que lo identificara, sin embargo,esta ampliación exagerada ahora se focaliza voluntariamente en determinadas áreas del cuerpo, que expone como un collage mural de fragmentos corporales o que amplía para cubrir muros o pisos completos. Es por esto que Karla Solano huye del formato estándar, imprimiendo en el material y en la dimensión específica que requiere cada obra, y siempre ha preferido trabajar sobre soportes diferenciados, desde los rayos-X de sí misma, hasta los acetatos, metacrilatos y lienzos. Actualmente trabaja sobre todo sobre viniles adhesivos de tipo publicitario, que le permiten justamente realizar sus obras murales. En marzo del 2006 realizó una obra que cubrió toda la fachada de TEOR/éTica, una especie de paisaje con su cuerpo entero, reclinado, impreso con tonalidades cargadas de una sensualidad casi maternal, que descansaba lo largo de los 20 metros de la fachada de TEOR/éTica.
Una de las obras presentadas en Ventosul es una versión más intimista de la pieza que se montó en la Bienal de Shanghai en el 2004, y que logra de manera más directa la intención de la artista de crear ese mural envolvente, en algunos casos casi actuando como una matriz casi antropófaga: al proponer un recorrido sobre su vello púbico colocado en el piso, o sobre la superficie de su vientre o sus extremidades, entre muros de piel clara, causa un desasosiego en el espectador, y la artista hace del público el trasgresor último.
Solano también ha realizado una serie de cortos videos, en los cuales es camarógrafa y sujeto, pues ella misma se filma, edita y produce. En algunos ha maquillado su cuerpo utilizando productos para espectáculo circense, filmando la aplicación y luego la limpieza del maquillaje, como un ejercicio corporal pictórico que documenta con una mano mientras la otra ejecuta la acción. En otros, se sirve de juegos de la infancia para narrar ciertos procesos de pérdida, siempre conservando una gran sutileza de referencia. Uno de ellos es "Hogar", en donde borda sobre su mano una casita con hilo y aguja que pasa debajo de la epidermis, dejando el dibujo visible bajo la piel, y luego arrancando el bordado completo y rompiendo esa primera capa.
Esta forma de referirse a un cotidiano amado que se ruptura se origina en un juego similar que era común en las escuelas primarias como entretenimiento durante las aburridas clases de costura. En la obra de Karla Solano planea una suerte de melancolía, hay una soledad tácita en todo el trabajo que realiza, una especie de introspección continua que se manifiesta visualmente en un recorrido que narra la geografía de un cuerpo solitario.

Virginia Pérez Ratón
Directora de Teorética y Curadora


Threshold


The work begins in the Threshold: when one passes this demarcation that is at the same time physical and psychological, into the Exibition Salon. The thresholds are these: borders which mark a passage, point of meeting between two spaces, visage which is tied and that which is suspended. Karla Solano makes use of these connotations in her work for the Biennale; a space constructed completely with photographs of her own body. This installation is part of an investigation which Solano began many years ago over what is visible, and her experience. After concentrating on the questions of body as area of medical science operation -its structure, functions, and regimes, Solano has submitted her body to severe scrutiny of microanalytic detail in daydreams and nightdreams. In her works, which move with the photographic camera from one section of her body to another, have resulted that her series have developed the body space like an unknown surface and paradoxically, recognizable. A corporal space constructed one by one, piece by piece, where there is no possible connection between the parts. Only our recollection is what creates the points of union. For the Biennale of Shanghai, Solano has developed an installation which gives the sensation of totality. But made of fragments: the photographs cover the murals, the ceiling and the floor of the salon. The photography supplants the architecture and establishes itself in its place. Thus in total, it gives a sensation of unity, the expository space covering totally with the images that for the gigantism of its presence and for being too close to us, is not possible to capture in its totality. What remains is to traverse the space, walk by the body, observe the image inch by inch, straight on, correctly, and turn the head to be able to look at the image which fills the ceiling surface. After traversing the salon, we can give an account that finally Solano constructed a space where we are those which were ³performing² and that the extension of those photographic fragments of her body were places, already useless in her extension, to know that nothing can give the idea of body, for we know it and don¹t know it, and that the visiblity terminates in the moment in which we pass the threshold and the body, we are our same selves. This is, it seems, suggests Solano, our relation with the photography as conceptual apparatus.

Sebastián López Curator for the Shanghai Biennial


Karla Solano: Fotografía y espacio arquitectónico


Esta autora de la fotografía contemporánea en Costa Rica, Karla Solano,cosecha importantes frutos desde que dio sus pasos iniciales en muestras del Museo de Arte y Diseño Contemporáneo (MADC), a mediados de los años noventas del siglo anterior. Su nombre y obra apareció en libros como "Espíritu de una Colección" 1996, con sus fotomontajes "Yo soy Tu" (1995), y "Andar la Vida" (1995), en la muestra "El cuerpo En/De La Fotografía (1998), curada por Dermis Pérez, Rossina Cazali y Luis Fernando Quirós. En esos mismos años fue parte del proyecto del MADC curado por Virginia Pérez-Ratton y Rolando Castellón "MESóTica II: Centroamérica re-generación" que circuló en varias ciudades europeas: Madrid, París, Roma, Turín, Amsterdan. Desde esos liminares Karla Solano identificó su mismidad, el ideario de sus sujetos y objetos artísticos fueron ella, nos mostró sus intimidades, la belleza que no apreciamos en una simple mirada pues eran los territorios recubiertos por los tabúes sociales y culturales, pero al contrario, ella se congració con estos gestos internos y los mostró a los espectadores como un signo de posicionamiento del carácter que hasta la fecha mantiene con fuerza y contundencia.

Al apreciar sus proyectos fotográficos más recientes, y tratar de sumirnos en su profunda (in)sustancialidad -tal y como ella misma lo plantea-, activa la interrogante sobre el significado de una experiencia de naturaleza metafórica entre el cuerpo y el espacio arquitectónico. Tal vez en sus propuestas de los noventas ya marcaba un territorio delante de sus objetos, pero a partir de sus instalaciones de los dos mil conjuga el espacio arquitectónico, la materia con que se elabora y la imagen fotográfica de su cuerpo. Quizás ese es su principal talento y acicate, Karla piensa que su búsqueda está dirigida a convertir esos espacios utilitarios, pero que a la vez rígidos -como es la arquitectura-, para volverlos una forma orgánica, humana, dentro de la cual el espectador pueda entrar a vivenciarlo conformando su componente activa.

Pero además de que el espacio experimenta dicha metáfora del cuerpo, es el suyo propio, con lo cual nos cuestiona a entablar una reflexión sobre lo que nos plantea la fotografía e implica lo construido. Añade que sí, es su cuerpo porque son sus inquietudes... pero al estar expuestas interviniendo el entorno público, pueden ser las de otros y a partir de ese insumo generar pensamiento u motivarnos a tomar una postura personal delante de su trabajo. De esta premisa me vienen a la mente el notable referentes expuesto ahí mismo en la Sala 4 del MADC: "El Alma del Pintor" (1997), instalación del español Bernardí Roig.

La gran caverna


Se dice que los individuos andamos buscando vivenciar el acto de volver a penetrar en el gran útero, el materno, la caverna o el vientre terrestre, vínculo protector que todo lo da y donde nos abastece la energía del amor, y ahí crecemos preparándonos para existir con independencia y externando los rasgos propios de la personalidad de cada quien. Yo me pregunto si tiene que ver este aspecto de la sicología humana con la aguda propuesta fotográfica de Karla Solano, a lo cual ella me responde que definitivamente, que en varias de esas obras ella se coloca en posición fetal -la forma más segura de estar en conexión con lo existencial y/o natural, piensa que recordando esa sumersión en la que no teníamos hambre, fíro ni calor..., refugio ideal para librarnos de las vicisitudes y realidad, es que ella sustenta el sentido metafórico de sus intervenciones a lo construido, a la horma arquitectónica que también nos hace, reinterpretándolo para que el observador evoque y cargue de su propia fuerza a su lectura.

Insistiendo sobre este aspecto de la evocación vivencial del estar en el vientre y las contingencias del parto, le pregunté ¿qué percepción brinda el espacio cerrado para entablar comunicación con el espectador ? Responde que realiza proyectos en lugares cerrados: salas de museos, edificios institucionales, y le gusta, en tanto provocan sensaciones fuertes en el espectador, pero prefiere las intervenciones en sitios públicos y abiertos, para tener mayor exposición.

Retornos


Ahora vuelvo a preguntar lo mismo que preguntaba en los años ochentas del siglo pasado, cuando dirigí la revista Módulo de Diseño Industrial publicada por la Escuela de Diseño Industrial del Instituto Tecnológico de Costa Rica, cuando experiencié muchos encuentros con arquitectos, diseñadores y artistas contemporáneos investigando sobre la naturaleza del proyecto creativo; preguntar ¿Cómo nace cada fotografía o instalación de Karla Solano?, ¿cuáles son sus activadores emocionales?, ¿cómo los distingue?, o ¿dónde los encuentra? -Nacen de vivencias personales -responde ella-, en realidad no las busco, solo suceden...

Karla habla de actitudes ante la feminidad, la vida, la muerte, el amor y el desamor, han sido temas recurrentes en su trabajo, por lo tanto en su experiencia creativa y su vida como persona sensible que vivencia quizás pasar noches en vela reflexionando sobre aquello que desea proyectar, la acción de quien busca que el espectador comprenda y lo empodere como sujeto de su pensamiento el cual bordea todas las situaciones posibles de la realidad artística. Ante esas situaciones de vela existencial, en la larga noche del alma cuando se aligera la arritmia por tanta colisión de ideas y los brebajes son insuficientes para reposar el cuerpo, no se puede dejar nada suelto a dicho espectador, a pesar de que se busca que la experiencia fluya en libertad, y que éste la reconstruya para sí y deje clarificar su propia reinterpretación.

El lenguaje


La estética del cuerpo, el goce pleno de la sensualidad humana, el uso de signos como la curva y contra-curva abierta, son componentes del lenguaje, ¿cómo edificar el concepto activando esos elementos? Karla responde que utiliza su cuerpo por ser cercano, cambiante y frágil, no por su estética ni sensualidad; sin embargo, el espectador, en la libertad de interpretar, puede tener esas lecturas sobre su trabajo, si así lo desea leer.

No se puede dejar de mencionar -en estos aspectos que atañe al lenguaje-, lo que aporta el espacio, los materiales cercanos o posibles de dicho espacio y la lectura que se hace del entorno, lo que nos permite movernos y vivenciar el entramado social y cultural donde se ubica: edificio, barrio, plaza, ciudad; pero sobre todo evocar, pues cuando esos conjuntos se observan de una manera distinta al otro lado de nuestra imagen retiniana, reelaborado dentro del lenguaje de lo propio, logra excitar las emociones y también nos empodera, a mí, a él, ella, a todos quienes posamos la mirada en su obra.

Introspección


Con esta conversación con Karla Solano y su posterior ensayo, evoco varias de sus propuestas cuando expresa con su cuerpo la relación entre el espacio interior o exterior; pero ahora me intriga conocer su criterio de cuándo actúa la artista, quien pretende provocarnos a través de la expresión, y quien exacerba el disenso sobre las relaciones humanas, sociales, culturales, y otras conexiones tan presentes en la actualidad; ¿cómo conjuga esas posturas, esos sentires y emociones para regenerar el interés en la fotografía? ¿Cómo intrinca con el espectador para que este siga el hilo de su pensamiento crítico, signos vertidos en el espacio público o privado, externo o interno?

Creo, responde Karla, que todo inicia con una introspección, un trabajo muy íntimo, personal, y una vez expresado este encaje que fortalece la idea del proyecto, encuentro relaciones con esa sociedad, descubro conexiones inconscientes que hablan de una realidad y cuestionan nuestras conductas respecto a la existencia humana.

"Del lado del corazón"


Con la obra "Cuerpo Geométrico" que se realiza en Teruel España en un espacio abierto, -agrega la artista fotógrafa-, una vez realizado el boceto descubro que el espectador penetra en el cuerpo por el pecho, del lado del corazón, lo que convierte a ese cubo gigante de cuatro por seis metros en un cuerpo vulnerable, transparente y frágil, haciéndolo una metáfora de este cuerpo y que todo quien ingrese forme parte. Estimula la conexión emotiva, quizás su componente materna o filial y el lado afectivo del espectador quien ingrese a cargarse de una vitalidad hoy en día amedrentada por el diario existir en una urbe tan instigadora y discordante en la cual nos toca vivir en su más amplia definición el hoy.

Afecta o instiga, motiva a entrar o detenerse ante la "gran caverna del mundo" -como definí la experiencia en un principio de este texto-, y al hacer ingreso, el espectador quizás enmudecido por las contingencias e incertidumbres, se detiene ante una puerta, signo de detenerse o proseguir ante lo ignoto cuando al hacer ingreso a ese otro espacio detrás de la puerta, puede que encuentre ante sí la gran muralla del ciclón. Es cuando debemos recurrir a estrategias para "remontarlo", como expresa aquella hermosa canción de los setentas del siglo pasado, del grupo rockero "The Doors" quienes cantan al acto de cómo conducirnos sobre la fuerza de la tormenta; referencia a una de las "Siete Leyes del Cáos", la cual es calificada por sus teóricos, Brigs y Peat, como de extremas posibilidades creativas.

Karla Solano fue distinguida en el 2010 con el Premio Nacional Aquileo Echeverría, galardón que premia la mejor exposición del año en el ámbito costarricense, en este caso, la realizada en la gran Sala 1 del Museo de Arte y Diseño Contemporáneo.

Para terminar, no me queda más que decir que así es la fotografía contemporánea, ya no solo informa o documenta la realidad como en otros tiempos, sino que cuestiona, nos clava la espinita de la duda y nos sume en aquella larga noche en vela cuando el artista carga el significado de la idea, el epicentro donde el espectador aporta su interpretación y por lo general emerge afectado por lo ignoto de esa paradoja.

Luis Fernando Quirós


Wrapped Sanctuary: The Chamber of Existence


Karla Solano´s photographic work has been closely linked to the image of the body since the beginning of her career. The body, thorn and fragmented, opened and closed has helped Karla develop a metaphor to articulate statements concerning the idea of vanitas. In her early work, the dialogue between photograph and ³found objects² together with the use of x ray photographs, allowed Solano a peculiar interior /exterior interplay of complementary opposites. When her work grew mature, the sense of the body as a dual space conceived as side/ underside establishes more definite contours. In her photographs, Karla considers the body as an inner energetic field, sheltered and covered, but at the same time deprived and vulnerable though strong. Karla´s images emphasize the vision of a threshold, which leads us underneath this layer that envelopes our bodies; this shell that we groom and feel, and take us beneath and reveal another dimension pulsing, pounding and beating. . . deep inside, beyond the skin that separates, protects, wraps and reveals. Balancing the hybrid image interior/exterior; bone, fragment, muscle and skin; Solano has articulated certain statements about life and death as an indissoluble unity. These photographs take us to the paradox of human levels of perception: life and existence are in the end- a unity made up of apparent contradictions and polarities reverse/ obverse, manifested alternatively and simultaneously at the same time. The membrane or shroud idea, conceived as cloth, which veils and reveals -all at the same time- has also been an important element in Karla Solano´s installations and photographs. The digital dimension has allowed Karla to explore her own body as to convert it into a world of infinite possibilities, a landscape of myriads of texture, territory of undulating dunes and disturbing desert. Soft and aggressive, ethereal and terribly material, visceral and polished; this body landscape transforms itself into universe and cosmos which finally wraps a concept of life and existence. Within this time-space built by Karla´s photographs, we become micro and macro worlds, inhabited and inhabiting a space or existential chamber possessing a unity which breaths beyond our conscience of this infinite-diminutive horizon which embraces and covers our actions and thoughts, emotions, happiness and fears. The present installation in its reverse/ obverse dichotomy submerges us in a world of almost microscopic details and enormous body landscapes, immense organic beating spaces which transcend us and shelters as a pulsating body, menacing, frightening, sweet lap and existential realm. The space created by Karla Solano transforms itself into a vast hallucinating and oneiric region which envelops polarities to merge them in a universe which unifies the opposites it contains in harmony to integrate them in a unity where time, space and existence are fused together.

Efraín Hernández Curator, National University, Costa Rica


Containing Contact


Skin can simply be seen as the main tact organ, with minute elevations called papillae. For the visual artist, Karla Solano, it is more than a simple a layer of protective tissue made of cells covered by a cuticle. It is a sophisticated circuit of contacts with the world, a pulsating interior of thinking beings; a kind of radar with accidents in its surface that make up an abrupt landscape, branded by history according to its experienced time period; a wrapping capable of expanding and covering a whole space, or rather containing a private space which is hyper-sensitive because of its surface of immoderate proportions. Be it by the installation of large hanging elements that remind us of cocoons or neat translucent nests, covered by a protective skin that speaks of an interior life, be it with photographic close-ups of fragments of her own body, Solano offers us her constant restlessness about the enigmas of genetics, the miracles of life, life as liberation from the intangible because the spiritual transforms into an apparent vaccum contained by an inverted tissue, that instead of protecting us from the outer media, becomes the skin of such an extensive milieu. Contradicting its essence and function, skin traps an empty space that assumes the qualities of a home, of inhabitable space that protects us from worldly reality. In its grandeur, it opens up as a forest that buffers contact with the living earth, like an entity that nourishes the being that penetrates its invisible and secret content. With images elevated to the Nth. power, it creates a monument of the miracle of sensitivity, the isolation of mankind from its nourishing natural world and at the same time, the isolation in a world of rampant technological communication. At the same time, with a supposition of infinite possibilities, because the artist leaves the decision of the sense of the work to the free interpretation of whomever penetrates the proposed space. However, once more, Solano continues to support the possibility and the desire that human beings find a solution to their destructive and selfish instincts by exploring the live elements that surround and protect her. The goal continues to be to search for a more sensible hybrid of what is constructive and regenerative, of the noble essence of existence, of balance and harmony. This exhaustive search, always with new shades, reminds us of Roland Barthes, when he states, describing the crisis of truth in an interview by Jean Jacques Brochier , ''We must strive to finish the sentence" ; and, again: "It is never finished." The artist plays with the esthetic satisfaction derived from the metaphor, the image, and mixed techniques, that upon coming together provide us with the emotional potential of diverse matrixes that come into play and generate participative emotions in the spectator, as described by Koestler when he speaks of creation. With ease and inventiveness she creates and plays with images of her skin to the point of generating such a new material, so resistant, almost impenetrable, to build a giant cell that is possible to penetrate and inhabit. She captures photographic images indiscreetly, turning without a trace of shyness the lens unto her own nudity. She creates a dialogue amongst these indiscretions, and in previous occasions, intercalated dialogue with insects or decorative elements, like earrings. A body of work that makes us ponder on the importance of each element that protects the world of living beings, its grandeur and power. With its metaphor, it makes a parallel emphasis of the urgency to rescue spirituality from the material vacuum that asphyxiates it, to the point of overcoming the unbridled competitive and destructive instincts in the contemporary world.

Rolando Barahona -Sotela

Director, Contemporary Design Art Museum
Costa Rica, 2004.



Vanitas


Cada vez con mayor frecuencia, las salas de arte josefinas exhiben trabajo serio e intersante en el campo de la fotografía artística.
Vemos perfilarse en el medio fotógrafos que asumen su trabajo con creatividad y fuerza, con gran propiedad y alto nivel técnico y expresivo.
Entre los más jóvenes creadores de este campo artístico tenemos a Karla Solano, quien poco a poco ha dado a conocer su trabajo.
La fotografía de Karla aborda la idea y la imagen del cuerpo para a partir de ellas hilvanar diversas reflexiones sobre la existencia y la condición humana.
Nos vemos entonces en su obra enfrentados con el cuerpo, ese que vemos y acicalamos pero también aquel que es a veces un extraño; el que pulsa y existe en el interior, bajo la piel suave y fina.
Karla combina con inteligencia "objetos encontrados" con sus fotografías, alcanzando un diálogo profundo entre las dimensiones personales e impersonales de la creación artística.
Al hacer esto, retoma actitudes que fomentaran los artitas del dadaísmo y que reforzaron posteriormente quienes cultivan el arte conceptual.
Componiendo de manera ingeniosa Karla Solano establece relaciones entre dermis y estructura ósea que conducen a la reflexión sobre la vida y la muerte, la transitoreidad de lo humano; el lujo y la austeridad, lo necesario y lo intrascendente; lo visible y lo oculto, lo aparente y lo real.
El tema de "VANITAS" es un tema que ha sido tratado en diversos momentos de la historia del arte, principalmente durante el barroco, y el replantamiento de esta reflexión sobre lo vano de los hombres que hoy retoma Karla con una pro-puesta inteligente y aguda, deviene legítimo, vigente y contemporáneo.
El uso de elementos que enfatizan la dimensión matérica y aluden a lo orgánico transformándose en velos y membranas potencializa la idea de lo fragmentario y la posibilidad de integrar con "puntadas" el rompecabezas de lo humano: hetéreo y espiritual, sin embargo en lo orgánico-material. Cabezas y manos, corazón y razón, pubis y pensamiento; impulso y reflexión entretejen el mundo expresivo de Karla Solano en su dimensión de furza y profundidad.

Efraín Hernandez
Historiador de Arte



KARLA SOLANO: retrato de un cuerpo


Hasta hace poco, la fotografía en Costa Rica se limitaba a trabajo muy convencional y los mismos fotógrafos no se consideraban como artistas ni preparaban su trabajo en tanto que propuesta artística. Sin embargo, en los últimos cinco o diez años, la fotografía progresivamente ha adquirido un lugar más amplio dentro de la práctica artística de toda la región centroamericana. Karla Solano es una de las artistas que trabaja específicamente con este medio. Con una relativa indiferencia hacia sus posibilidades puramente técnicas, prefiere simplemente servirse de la fotografía como herramiento en el desarrollo de un concepto y con frecuencia utiliza sus fotos en pequeños ensamblajes que introducen objetos directamente relacionados con la imagen que retrata, usualmente el cuerpo femenino y en particular el suyo propio. Ha desarrollado una especie de retratismo que devela y muestra las sucesivas capas de la naturaleza humana física, más una reflexión filosófica sobre el hecho de ser, de cambiar, sobre el paso de tiempo y sobre la continuidad de la vida a través de las generaciones.

La artista se ha concentrado en el hurgar minucioso de su propio cuerpo como sujeto de análisis y reflejo del tiempo. Virtualmente "exhibiéndose", convirtiéndose en su propio sujeto y en el objeto artístico, en una sociedad que rehúye la desnudez como natural, Karla se sirve de su cuerpo, entero o fragmentado, intocado o intervenido, y lo trasciende para llevarlo a nivel de tema, despojándolo así de cierta manera de su propia identidad. En una primera etapa, introdujo la fotografía hasta la estructura interior del cuerpo: es el período de las radiografías de pies, manos, cabezas, y en el cual el dramatismo en la utilización que otros artistas han hecho del medio se ve matizado por elementos externos y tipos de estructuras que le confieren un sentido lúdico: aretes, collares de perlas, hormas de zapatos. De igual forma funciona el recurso a la serialidad en muchas de sus obras, una reiteración de la forma que aliviana la referencia al transformarla en otra cosa. Sin embargo, la terrible pieza "Bajo mi piel" prefigura el gran "Espejo Interior" de MESóTICA II, el cual prepara a su vez las posteriores impresiones digitales a color sobre lienzo, en donde inicia además un juego alrededor de la valoración de la obra pintada frente a la obra fotográfica y múltiple.

Karla Solano, is one of the artists who has been consistently working whith photography. Until very recently, in Costa Rica this medium was limited to traditional works. Solano’s presence together with a young generation of artists is challenging the art scene of Costa Rica. The territory of nature in Karla Solano’s work is the human body, particularly her own. For a long time she has used x-rays as a means of metaphorically analysing her own self. In later works, her body having undergone changes due to maternity, a superimposition of x-rays and self portraits resulted in more dramatic images like “Unther my Skin”, a segmented woman whose breasts and womb were strangely segregated from the head.
Virtually “exposing” herself in a society which has come to refuse nudity as natural, Karla Solano has concentrated herself in the detailed examination of her physical self as a subject of anslysis and a reflection of time.

Virginia Perez-Ratton
Curadora Independiente y Directora de TEOR/éTica



Revista Art Nexus


Karla Solano usa la fotografía para mostrar su cuerpo y desnudarlo, incluso en su antomía interna, con cierto efectismo en un acto contestatario en la sociedad costarricense. El cuerpo es sacrificado con el fin de recordarnos de qué estamos compuestos y obligarnos a ser menos vanidosos. La instalación “espejo Interior” está realizada como un penetrable o “sandwich”, en el que podemos adentrarnos desde la perspectiva distante y poco emotiva de la artista.

Dermis Pérez León
Art Nexus

2005 ART IN AMERCA:


Contributions by other artists of Latin American origin (who constituded about 50 percent of all foreign artists in the show) included Costa Rican Karla Solano's room wallpapered with extreme photographic close-ups of human skin, as well as a giant maid's uniform and numerous works.











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